domingo, 27 de enero de 2013

El origen de Espeon: La leyenda del nekomata

Espeon, el Pokémon con forma de gato de dos colas de tipo Psíquico incluido en la segunda generación como evolución de Eevee, encuentra su inspiración en la leyenda urbana del folklore japonés del nekomata.



Antes de nada, hay que hablar un poco del Pokémon en sí. Espeon es la contraparte de Umbreon y es un Pokémon Sol. Su nombre proviene por una parte del inglés Extra Sensory Perception (ESP, percepción extrasensorial) y acaba con eon, el sufijo de todas las evoluciones de Eevee.


Hablando del nekomata, dicho nombre significa literalmente "gato bifurcado". Se trata de una variación del bakeneko, otro gato mágico del folklore japonés, con la diferencia de que al nekomata se le empieza a bifurcar la cola.


El nekomata surge como una leyenda urbana en Japón durante una crisis en el siglo XVII. La población de ratas aumenta excesivamente en 1602, causando estragos en la producción de arroz y seda. En ese tiempo se prohíbe la tenencia de gatos y la compraventa de los mismos, todos debían ser puestos en libertad. La raza más común era el bobtail japonés, el icónico gato callejero que ronda por las calles de Japón y que no tiene cola, del que empezaron a surgir leyendas que hablaban de por qué no tenía cola. El nekomata surgió a partir de una leyenda que decía que si se le dejaba crecer la cola a un gato este se transformaría en nekomata.


Según el folklore japonés, un gato doméstico puede convertirse en un bakeneko cuando ha vivido cierta cantidad de años, cuando ha alcanzado un kan de peso (3'75 kg) o si se le permite tener la cola larga; en el último caso, su cola se dividirá y se convertirá en un nekomata.


Aunque el comportamiento de los nekomatas se suele comparar al de los gatos comunes, estos solían tener trifulcas, sobre todo los viejos y maltratados. Estos últimos, que eran más poderosos de lo normal, para vengarse, controlaban a los familiares muertos de los maltratadores persiguiéndolos hasta que fueran compensados con comida, disculpas y atención.


Algunas historias del folklore japonés afirman que el nekomata podía alternar entre su forma original y otra apariencia humana.


No todos los nekomata son malvados; en algunas historias son leales y amables con sus propietarios. Una de esas historias es la de Tama, un nekomata cuyo propietario era un sacerdote muy pobre que vivía en un ruinoso templo en Setagaya, al oeste de Tokio. El sacerdote le pidió a Tama una compensación por cuidarlo a pesar de su pobreza, por lo que un día Tama salvó de un rayo al señor del distrito de Hikone, Naotaka. Naotaka se hizo amigo del sacerdote del templo, lo convirtió en el templo de su familia y donó grandes cantidades de dinero para repararlo. Cuando Tama murió, el sacerdote le construyó una tumba sobre la que se erigió un santuario.

Y eso es todo, espero que la curiosa historia de los nekomatas sobre cuya figura se creó a Espeon os haya gustado. Podéis contarnos en un comentario qué os ha parecido.



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